domingo, 17 de junio de 2012

¡Qué difícil es suspender(les)!

La Nueva España publica hoy en su edición papel (en su web no la encuentro por mucho que sigo buscando) un estudio a toda página titulado ¡Qué difícil es suspender! en el que pone en duda la legitimidad de los resultados académicos que, año tras año, se dan en Asturias, así como la facilidad con la que los alumnos de nuestra Comunidad promocionan de curso.

En este reportaje, que firma el periodista (supongo que lo será) que dice ser y llamarse Eduardo García, destacan una frase que no puede pasar desapercibida para nadie que lea la noticia:

O somos todos muy listos, o disfrutamos de un sistema casi perfecto, o hay poca exigencia académica.

Los datos que se ofrecen en la información dicen que más del 94% de los alumnos del tercer ciclo de Primaria pasaron a Secundaria el curso pasado (del actual no hay datos aún, como es lógico). El periodista (sigo suponiendo que lo sea) se muestra extrañado de que el porcentaje sea tan alto y dice que "llama a la sospecha".



Lo curioso de esa sospecha es que la basa en un razonamiento más de barra de chigre que de profesional de la información. "O somos todos muy listos, o disfrutamos de un sistema educativo perfecto, o hay poca exigencia académica"escribe, para sentenciar justo a continuación que la tercera opción debe ser la más verídica. Y para ello se apoya en el contraste entre tanto aprobado y la mediocridad de los resultados de Asturias en el informe PISA.

Echo de menos en ese "estudio" que hace el que seguimos considerando como periodista, unas líneas en las que haya consultado sobre la exigencia educativa a algún profesor. Si lo hubiera hecho, con toda seguridad la respuesta iría en la línea de que la exigencia la marca el Ministerio o la Consejería de turno, quienes, además, son responsables de la adulteración directa de esos mismos resultados con los que el imputado Riopedre y sus secuaces, al aprobar casi cuantas reclamaciones les llegaban a las inspecciones de alumnos con asignaturas suspensas, aprobados que se otorgaban por miedo a que alguna familia más reivindicativa de la cuenta llevase el caso a la prensa, algo que no se puede consentir. Entonces, aprobados y tan amigos. Y los profesores y los centros, vilipendiados, ninguneados y señalados.

El argumento siempre es sencillo. Si hay una laguna en la programación, por ahí te pillan. Y si no la hay, se la inventan. Con una simple frase como "los criterios de evaluación no se corresponden con los objetivos planteados", algo que es totalmente subjetivo y que, por ello, es utilizado por los inspectores para conceder una nota a un alumno que, como reconocen luego en conversaciones personales "ya sé que no lo merece, pero hay que dárselo".

Por otro lado, y volviendo con el que seguiremos creyendo que es periodista, hemos de darnos cuenta que gracias a la Ley Educativa vigente, esa que el gobierno de Zapatero nos dejó junto con otros grandes desastres, un alumno puede pasar de Primaria a Secundaria sin haber aprobado todas las asignaturas. Es decir, que un alumno promociona con hasta dos asignaturas en las que no haya alcanzado los objetivos mínimos para la etapa de Primaria. Da igual el grado en el que no los haya alcanzado: con dos, se pasa. Y si ya ha repetido una vez, también. Da igual que pase con dos o con siete. Sólo se repite una vez en Primaria y otra en Secundaria.

Antes, cuando nosotros estudiábamos, de octavo de EGB no se pasaba a BUP sin haber aprobado todo. Y si había que repetir más de una vez, pues se repetía. Y a correr. Ahora no, gracias a los de la ceja y sus leyes del mínimo esfuerzo y de la barra libre de suspensos, se puede uno ir pasando sin problemas aunque no sepa leer ni escribir.

Habría de ver el señor periodista (que sí, que fijo que lo es) si descontando los que promocionan de estas dos vergonzantes formas, la del aprobado político y la del no aprobado pero promocionado, los porcentajes son tan altos. Las cifras, cifras son y sirven, como bien sabían los del clan del imputado, para hacer parecer lo que en realidad no es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario