jueves, 1 de marzo de 2012

El esperpento de la ESCUELA2.0

Hace ya casi un mes desde mi último post y parece que el cuerpo pide ya a gritos una sesión de diván de urgencia. Lo pide el cuerpo y lo pide, más aún, la mente, a punto de saturarse por las múltiples vivencias de estas semanas sin pasar consulta, como necesitando un momento de desconexión de la rutina y sus efectos colaterales mediante la técnica del linchamiento de las teclas. Para qué llamarlo de otra manera si, al fin y al cabo, es lo que uno hace.

Han sido bastantes la cosas ocurridas en este mes de ausencia y muchos los enfoques que podría dar a esta sesión. Desde luego puedo decir que me ha dado tiempo a recopilar material para escribir varios posts, y vive Dios que lo haré, de temas tan diversos como los padres (otra vez, y van...), las clases particulares, el compañerismo (o la ausencia de él) entre profesores, más de talleres y salidas extraescolares, algunas cosillas sobre el panorama político en la parte que nos afecta, algunas barrabasadas de profesores hacia alumnos y otras de alumnos hacia profesores, viajes pedagógicos y viajes de estudios... Habrá tiempo para todo ello y, espero, con mayor frecuencia que la mostrada últimamente.

Sin embargo hoy me va a ocupar la ESCUELA2.0, ese concepto tan interesante como desaprovechado. Y  mal planteado. Sobre todo eso, mal planteado. Empezando por Zapatero y su brillante idea de dar un ordenador a cada alumno de 5º de Primaria hace dos cursos. Atrocidades hizo muchas, pero como esta pocas.

No me pararé demasiado en contar que en una sociedad que avanza tecnológicamente a una velocidad vertiginosa es muy importante que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) formen parte importante de la vida académica. Dedicaré estas líneas a mostrar mi preocupación por el cariz de sainete que ha tomado la puesta en desarrollo del programa ESCUELA2.0 en Asturias.


Resulta que la Consejería de Educación (la de los imputados por corrupción de la que nunca se habla en los medios nacionales a pesar de que las cantidades que salen a la luz equivalen a miles de trajes) que estaba en activo cuando la medida de ZP fue aprobada (hace de esto dos cursos, en el 2009/2010)  era la encargada de entregar los miniportátiles a los alumnos de 5º de ese año puede decir y, seguramente lo harán, que cumplieron con lo prometido. Sí, habían prometido entregar los equipos a los alumnos durante el curso 09/10 y bien que lo hicieron. En concreto el último día de curso. Después de establecer como fechas de entrega octubre de 2009 primero, febrero de 2010 después, y un día de abril que resultó ser domingo y por eso hubo de ser pospuesta por tercera vez, aparecen los ordenadores un viernes por el colegio con la imposición por parte de la Consejería de entregarlos antes del siguiente martes, día que finalizaban las clases.Así que a ver quién es el guapo que se atreve a decir que no cumplieron. Por supuesto que los dieron en el curso que correspondía. Y hasta les dieron a los alumnos la oportunidad de encenderlos en el colegio antes de irse de vacaciones de verano. Es que protestamos por vicio.

Lo mismo, exactamente lo mismo, ocurrió un año después, cuando a los alumnos que en la actualidad están en sexto terminaban su año de quinto. El último día llegaron los ordenadores. Y cuál fue nuestra sorpresa cuando nos damos cuenta, por supuesto ya en este curso, que vienen congelados de tal forma que no permiten ningún dispositivo USB, ya sea lápiz de memoria, ratón o cualquier otro.

Evidentemente, desde el colegio informamos del problema a la Consejería en la primera semana de clase, allá por el lejano mes de septiembre de 2011, y desde allí nos remiten a la empresa que lleva la distribución de los equipos. La secuencia de acontecimientos desde entonces se puede abreviar de la siguiente manera:

1.- Viene al colegio un informático de la empresa, coge un ordenador, comprueba que, efectivamente, no funcionan los USB y se marcha porque no sabe arreglarlo. Se lleva ese ordenador para intentar buscar la solución en la empresa y al día siguiente venir al colegio a arreglar los demás.

2.- Pasan varios días hasta que la madre de la alumna cuyo ordenador se llevaron se acaba personando en la empresa para que le den el ordenador de su hija. Sin arreglar.

3.- Pasan varios meses en los que realicé no menos de veinte llamadas a Consejería y a DISPAL (la empresa en cuestión), y durante los cuales se van pasando la pelota de unos a otros sin ponerse ni colorados.

4.- Llega un momento en que uno tiene que dejar de ser educado y ponerse como un energúmeno para que le den el teléfono de la persona que tiene que decidir quién se hace cargo del arreglo.

5.- Lo llamo y me dice que en un par de días me llaman al colegio para fijar el día que vendrán a arreglar los ordenadores.

6.- Pasan tres semanas más en las que no me llaman y él no me coge el teléfono.

7.- Le llama la directora del colegio y le dice que ya me habían llamado un par de veces y que nadie se lo cogió. La directora le dice que yo le había dado el número del colegio y que allí hay gente a todas horas. Le acaba reconociendo que no nos había llamado y nos dan cita para mañana.

Es decir, que seis meses después, podemos pensar que mañana nuestros alumnos de sexto van a poder enchufar su lápiz de memoria al ordenador. Y todavía daremos las gracias.

Menos mal que no habrá más cursos con ordenadores porque han echado para atrás las entregas por falta de dinero (como si no se supiese en su día que no iba a alcanzar para hacerlo todos los años).

P.D: No he puesto fotos porque hoy ha entrado en vigor la ley Sinde, no vaya a ser que me denuncien por pillarme fotos desde Google para el blog.

P.D.2: No sé si escribir Sinde es violar los derechos de la autora de la ley

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