jueves, 22 de noviembre de 2012

iDoceo: app para profesores





Uno de los regalos que este verano mis padres y mi hermana me hicieron por mi cumpleaños fue el iPad que tanto "necesitaba". Este curso en el colegio nos hemos metido en un plan de integración de las TIC en el aula (integraTIC) del que seguramente escribiré cuando vuelva a tener, como hoy, un poco de tiempo para dedicarle al blog. Este programa nos requiere una buena dosis de actualización técnica, tanto de recursos como de formación en tecnologías digitales. No considero que estuviese atrasado en este tema, pero no me cabe duda de que el iPad, como herramienta que uso fundamentalmente para el trabajo, me ha supuesto un gran paso adelante en mi desarrollo tecnológico. Una de las muchas cosas que utilizo es una aplicación que una compañera me comentó que se había descargado pero que no sabía como funcionaba, pero que parecía tener buena pinta: iDoceo.

iDoceo es una aplicación de pago (cuesta 4€) pero de la que se obtiene rendimiento desde el primer momento que te pones a utilizarla. Es muy intuitiva, fácil de usar y con muchísimas posibilidades. Es agenda, horario, cuaderno de notas, ofrece innumerables posibilidades multimedia con posibilidad de incluir fotos, vídeos, audios...) y permite volcar tu información a papel y formatos PDf o informes. Personalmente, uso esta app en cada clase, desde que paso lista hasta que anoto los deberes para la clase siguiente, pasando por notas de exámenes, incidencias de clase y todo lo que un profesor puede necesitar en el desarrollo de su trabajo.

El hecho de que el iPad, además de no tener que llevar conmigo las guías didácticas porque me las he descargado también en formato PDF, me permita no usar cuaderno del profesor porque lo tengo todo en la tableta es un lujo, por lo que recomiendo abiertamente que visitéis la página de iDoceo y que os descarguéis la app.



lunes, 24 de septiembre de 2012

Apuntes sobre la reforma educativa


El Consejo de Ministros aprobó en su reunión del pasado viernes la reforma educativa en la que venían trabajando desde que el Partido Popular llegó al Gobierno. Una reforma que, como era de esperar, ha sido recibida con opiniones para todos los gustos. Muchas de ellas, las que están politizadas, le dan sus parabienes o sus críticas más feroces según quien las pronuncie y según el interés partidista que las motive. Las demás, las que están hechas desde criterios puramente educativos y sin ningún otro trasfondo, son todas de un optimismo moderado, ya que aunque la propuesta suena bastante bien, hay que tener prudencia hasta que se confirmen todos los puntos de la misma, que son muchos y muy variados.


A continuación ofrezco una lista de las principales claves de esta reforma educativa y una explicación de lo que puede suponer cada una de ellas.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Curso nuevo, mismo blog.


Volvemos un año más al trabajo. Bueno, en realidad son los niños los que vuelven mañana, porque nosotros ya empezamos el día 3 de septiembre. En este momento casi todos los pocos que puedan llegar a leer esto estarán pensando que ya era hora después de tantos meses de vacaciones. El que los haya tenido. Yo no sé como me arreglo, pero entre cursillos y programaciones del nuevo curso, no sé si llego a juntar 20 días laborables sin haber hecho nada del trabajo. Es cierto que casi todos los días el trabajo es en el horario que quieras o puedas y en casa o en una cafetería con wifi del lugar donde has estado de vacaciones, pero trabajando al fin y al cabo.

domingo, 17 de junio de 2012

¡Qué difícil es suspender(les)!

La Nueva España publica hoy en su edición papel (en su web no la encuentro por mucho que sigo buscando) un estudio a toda página titulado ¡Qué difícil es suspender! en el que pone en duda la legitimidad de los resultados académicos que, año tras año, se dan en Asturias, así como la facilidad con la que los alumnos de nuestra Comunidad promocionan de curso.

En este reportaje, que firma el periodista (supongo que lo será) que dice ser y llamarse Eduardo García, destacan una frase que no puede pasar desapercibida para nadie que lea la noticia:

O somos todos muy listos, o disfrutamos de un sistema casi perfecto, o hay poca exigencia académica.

Los datos que se ofrecen en la información dicen que más del 94% de los alumnos del tercer ciclo de Primaria pasaron a Secundaria el curso pasado (del actual no hay datos aún, como es lógico). El periodista (sigo suponiendo que lo sea) se muestra extrañado de que el porcentaje sea tan alto y dice que "llama a la sospecha".

lunes, 11 de junio de 2012

APROBAR O APRENDER

Con el fin de curso llegan, como todos los años, las prisas. A los alumnos por estudiar lo que no han hecho antes, a los profesores por corregir todo a tiempo para llegar al día de la evaluación con las notas puestas y a los padres por pedir entrevistas con los tutores de sus hijos.

Es curioso cómo proliferan este tipo de solicitudes en las últimas semanas del curso, teniendo en cuenta que la inmensa mayoría son para saber cómo va el niño en el curso. Que digo yo, que ya lo deberían saber a tenor de cómo son las notas de los exámenes que han ido haciendo. Salvo que no lo sigan especialmente.

Pero lo realmente sorprendente para mí en estas entrevistas son las veces en que bastantes de esos padres (diríamos mejor madres, que son las que suelen venir a las tutorías) te hacen la misma pregunta:

martes, 22 de mayo de 2012

ENSEÑANZA PÚBLICA O DE CALIDAD

Hoy ha sido un día de huelga general en la escuela pública. Los datos que trascienden de esta jornada de paro son, como siempre, contradictorios según la fuente que los proporcione. Mientras los oficiales, los que aportan el Gobierno y las fuerzas de seguridad del Estado que han velado porque las protestas se desarrollasen con normalidad, hablan de un seguimiento del 40% en Asturias, Navarra y Aragón, por una media nacional que no llegaría al 20%.

jueves, 26 de abril de 2012

La Revolución Educativa.


Hace dos fines de semanas en el suplemento dominical XL SEMANAL venía un artículo destacado en portada bajo el título "El mejor profesor del mundo" que rápidamente llamaría la atención de cualquiera, especialmente de quienes nos dedicamos a la enseñanza.

Me intrigó la información que, en la propia portada del suplemento, adjudicaba más de cuatro millones de alumnos a un tipo del que aseguraba ser el líder de una revolución educativa. Ese tipo resulta ser Salman Khan, un chico que empezó grabando lecciones de matemáticas a sus primos pequeños para que los viesen a través de YouTube y que llegó a recibir 1,5 millones de dólares de la Fundación de Bill Gates tras ver éste cómo sus hijos estudiaban con sus vídeos.

martes, 17 de abril de 2012

Mini-stay en Denbigh (Gales) 4. Los profesores.

En el que será el último post sobre la estancia que hace ya tres semanas comenzamos en Gales (hay que ver cómo pasa el tiempo) hablaré sobre cómo nos fue a los profesores que fuimos hasta allí con los alumnos.


Probando el tiro con arco. 

lunes, 9 de abril de 2012

Mini-stay en Denbigh (Gales). 3.- Las actividades

Una de los aspectos que más nos llamaba la atención antes de irnos al viaje era aquello de las actividades deportivas que tendrían lugar por la tarde. Por las fotos de la página de UKLC y StarsGroup, el colegio Howell's tenía muchas y muy buenas instalaciones para la práctica deportiva, pero estaba por ver el provecho que le sacarían.


Organización de los grupos por letras.



jueves, 5 de abril de 2012

Mini-stay en Denbigh (Gales). 2.- Las clases.

El motivo principal de organizar la estancia con nuestros alumnos en el Reino Unido era el de proporcionarles la posibilidad de realizar una inmersión lingüística en un entorno de habla inglesa. Para ello, una de las cosas más importantes es que el programa que escogiéramos tuviese la posibilidad de que asistieran a algunas clases con profesores nativos, ya que ello les supondría verse expuestos a situaciones reales de comunicación más completas que las que suelen tener en su aula habitual, al no existir el recurso de entenderse en español.




miércoles, 4 de abril de 2012

Mini-stay en Denbigh (Gales). Introducción.

Hoy quiero dar comienzo a una serie de posts (para no hacer uno muy largo) sobre la estancia que la semana pasada tuvimos en el Howell's School de Denbigh, en el norte de Gales. Hasta allí nos fuimos cuatro profesores del colegio con un total de 41 alumnos y alumnas de Secundaria.



domingo, 18 de marzo de 2012

Edmodo. Una red social en el aula.

En mi anterior post decía que los profesores tenemos que ponernos al día en lo referente a las TIC porque la realidad social y tecnológica que nos está tocando vivir y en la que tendrán que desenvolverse nuestros alumnos nos impone un nivel de conocimientos bastante elevado.





domingo, 11 de marzo de 2012

Hay que ponerse las pilas

Si algo nos están dejando claro los tiempos que corren es que las TIC cada vez van teniendo más peso en la sociedad y en la cultura. Son tiempos de smartphones, tablets, websites, e-mails, redes sociales, blogs, plataformas... Todo ello está, a diario, al nuestro alcance y al de nuestros alumnos. Y mientras nosotros nos vamos haciendo, unos con más destreza que otros, a estos dispositivos que aparecen y se descatalogan a una velocidad vertiginosa, los niños de este tiempo son verdaderos genios en el uso de estas maquinitas con las que están creciendo, entre otras razones, porque han nacido en este tiempo en que todo va mucho más deprisa que cuando nosotros teníamos su edad.





PUNTOS DE VISTA

Están cerca las notas de la segunda evaluación en todos los niveles educativos y eso, como siempre, trae consigo dos cosas de forma inevitable: proliferan los exámenes y, por otro lado, aunque muy estrechamente relacionado, aumentan también las solicitudes de tutorías por parte de las familias. Se trata, sin duda, de un momento importante del curso y hay que estar al tanto de cómo va el niño o la niña en clase, de conocer el pensamiento del tutor sobre el desarrollo del curso.





Al hilo de esa proliferación de exámenes (y evitando caer en la tentación de hacer un análisis en profundidad de las tutorías con las familias), es muy fácil estos días escuchar, a la salida del colegio, cuando uno se encamina a su coche para irse a casa, cómo las madres (son mayoría las que van a recoger a sus hijos) preguntan a los niños por los exámenes. Hasta ahí todo normal y lógico. Lo curiosos, lo que me ha llamado la atención en estos últimos días es las diferentes preguntas que se utilizan para preguntar por lo mismo y el trasfondo que conlleva cada una de ellas.






Haciendo un repaso, puedo recordar las siguientes:

1.- "¿Qué tal el examen? ¿Fue fácil?" (dicho por la madre de un niño de 3º de Primaria)

De aquí no es muy complicado sacar la importancia que, para esa madre, tenía, al menos en la ocasión a la que hago referencia, la dificultad del control. Al parecer por encima, incluso, del trabajo de su hijo, de lo preparado que lo llevase. 

¿Duda esta señora de la capacidad de su hijo? ¿Cree que la forma de que su hijo apruebe es que los exámenes sean fáciles? ¿Busca de antemano una excusa en caso de que el niño no obtenga una buena nota?



2.- "¿Qué tal el examen? ¿Respondiste todo?" (dicho por una madre de una niña de 6º de Primaria)

¿Suele dejar esa alumna alguna pregunta en blanco? ¿Duda la buena señora que su hija haya sido capaz, por no saber o por lenta, de responder a todas las preguntas? ¿Es que no había estudiado todo lo que entraba y quizá le pusieron alguna pregunta sobre eso que había dejado?



3.- ¿Qué tal os salió a todos el examen? (dicho por una madre de 5º de Primaria a su hijo y a tres compañeros más)

¿Qué busca esta señora con la pregunta? ¿Una coartada por si a su hijo le ha salido mal? 








Quiero pensar que se trata, simplemente, de preguntas sin un doble sentido o intención. Supongo que dependerá de la forma de expresarse de cada persona. La cuestión es si estas preguntas, sus posibles respuestas y las conversaciones posteriores que una y otras generen, especialmente cuando se les entregan los resultados de esos exámenes, se ajustan a la realidad del trabaja o realizado y del resultado obtenido de forma justa.

Igual son palabras mayores.

jueves, 1 de marzo de 2012

El esperpento de la ESCUELA2.0

Hace ya casi un mes desde mi último post y parece que el cuerpo pide ya a gritos una sesión de diván de urgencia. Lo pide el cuerpo y lo pide, más aún, la mente, a punto de saturarse por las múltiples vivencias de estas semanas sin pasar consulta, como necesitando un momento de desconexión de la rutina y sus efectos colaterales mediante la técnica del linchamiento de las teclas. Para qué llamarlo de otra manera si, al fin y al cabo, es lo que uno hace.

Han sido bastantes la cosas ocurridas en este mes de ausencia y muchos los enfoques que podría dar a esta sesión. Desde luego puedo decir que me ha dado tiempo a recopilar material para escribir varios posts, y vive Dios que lo haré, de temas tan diversos como los padres (otra vez, y van...), las clases particulares, el compañerismo (o la ausencia de él) entre profesores, más de talleres y salidas extraescolares, algunas cosillas sobre el panorama político en la parte que nos afecta, algunas barrabasadas de profesores hacia alumnos y otras de alumnos hacia profesores, viajes pedagógicos y viajes de estudios... Habrá tiempo para todo ello y, espero, con mayor frecuencia que la mostrada últimamente.

Sin embargo hoy me va a ocupar la ESCUELA2.0, ese concepto tan interesante como desaprovechado. Y  mal planteado. Sobre todo eso, mal planteado. Empezando por Zapatero y su brillante idea de dar un ordenador a cada alumno de 5º de Primaria hace dos cursos. Atrocidades hizo muchas, pero como esta pocas.

No me pararé demasiado en contar que en una sociedad que avanza tecnológicamente a una velocidad vertiginosa es muy importante que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) formen parte importante de la vida académica. Dedicaré estas líneas a mostrar mi preocupación por el cariz de sainete que ha tomado la puesta en desarrollo del programa ESCUELA2.0 en Asturias.

lunes, 6 de febrero de 2012

De los alumnos de prácticas

Desempolvaremos hoy el diván con una cita de urgencia porque el paciente lleva unos días aquejado de un gran sinvivir por contar y comentar lo que a su alrededor viene pasando de unos días para acá: los alumnos de prácticas.




Esos jovenzuelos que cada año aparecen en los colegios más o menos después de las vacaciones de Navidad, como si los hubieran traído los Reyes. Aunque a alguno casi parece más que lo ha traído el Grinch.

Resulta que a mí me ha tocado un ejemplar de estos últimos, como no podía ser de otra manera. Un jovenzuelo que más que una ayuda representa una pena por mis faltas de esta y otras seis o siete vidas, porque rémora como ésta es difícil encontrarla.





De mano diremos que de los cinco alumnos en prácticas que tenemos ahora mismo en el colegio, me empaquetan a mí al único chico por aquello de que "...como tú eres hombre..." ¿¿¿Qué??? No entiendo por qué el ser hombre o mujer ha de ser relevante para ese tipo de adjudicaciones.

En un primer turno empezaron dos chicas, una de ella en sexto, con la que coincido en las horas que doy en esa clase Conocimiento del Medio, que la verdad es que lo llevan muy bien. Esta chica es dinámica, cercana con los alumnos, les llega bien, se trabaja las clases, se desenvuelve con rapidez ante dudas y preguntas... muy bien, la verdad es que es un lujo. Sobre todo desde que el lunes pasado comenzaron los otrs tres y, entre ellos, mi infatigable tutorado. Infatigable porque no se podrá cansar en la vida: ya aparenta todo el cansancio que alguien puede acumular en su vida y un poco más.






En seis días acumula diez retrasos sobre un total de diecisiete posibles entre las entradas de la mañana, la tarde y la vuelta del recreo. Y ni colorado. Y eso conmigo, que llego del orden de veinte minutos o media hora antes todas las mañanas y todas las tardes. No contentos con eso, resulta ser uno de esos con el pantalón por debajo del culo y los calzoncillos al aire. No sabe cómo ganar más puntos el angelito.

Hasta aquí ya sería bastante como para que el informe de final de prácticas que hay que mandar a la Universidad fuera no muy positivo pero, por supuesto, esto no queda así, esto hincha. Le comento el primer día que de lunes a miércoles le tendría observando el sistema de clases para que viera cómo lo tenemos organizado todo, qué ritmo llevamos en cada asignatura y todas esas cosas que le ayudarían a asentarse en el colegio y que ya el jueves o viernes comenzaría a dar él las clases. Reproduzco fielmente la conversación a partir de ese momento:

ÉL: -¿el jueves? ¿por qué?

YO:  -Porque estás de prácticas.

ÉL: -¿Y tengo que dar clase?

YO: -Claro, en eso consisten las prácticas, en practicar. Tienes que desenvolverte en lugar de trabajo, en situaciones reales.

ÉL: -Yo es que no quería dar clase, quería sólo mirar.

YO: -Peroooo... ¿tú no estás estudiando Magisterio para ser profesor? Pues tendrás que dar clase

ÉL: -Bueno, vale, pero qué sería sólo jueves y viernes, ¿no?

YO: - No, hombre. A partir del jueves o el viernes.





Me impactó tanto esta "gran predisposición al trabajo" y lo ilusionado que se le veía a la criatura, que le dejé estar de miranda la semana entera y que tuviese el fin de semana para preparar un par de clases para hoy lunes. Y no sé si fue peor el remedio que la enfermedad.

Imagine el apreciado lector de este blog la escultura del Pensador de Rodin para entender la postura del alumno de prácticas sentado en una silla, libro de Lengua (con solucionario incluído) en mano, mientras corrige unos deberes que el alumno que dice en voz alta lo que ha puesto tiene bien y él da el ejercicio por mal respondido, ante las caras de estupor e incredulidad de veinticinco niños y niñas de diez y once años que no dan crédito a lo que oyen de su boca; me miran e, incluso, a alguno se le escapa una media sonrisa mientras sabe Dios qué estaría pensando.





Terminan los deberes y toca explicar cómo se redacta una carta. A los dos minutos, o quizá menos, me encuentro buscando la mínima excusa para largarme de clase porque me estaba poniendo del hígado ante la desidia, desgana, pasividad y falta de espíritu con que estaba explicando. Ya no entro en que el contenido fuera bueno o no, sino en que con esa actitud es imposible que ningún alumno te siga.







Yo soy comprensivo con estos chicos al máximo, ya que no hace tanto que tuve que hacer yo mis últimas prácticas,cuando hice la especialidad de inglés, y sé que uno se puede poner nervioso, estar inseguro... y eso teniendo en cuenta las 48 horas de las que había dispuesto para preparar dos lecciones.

Pero es que a mí me hierve la sangre cuando veo esa pasividad, esa desgana. Nunca ha sido fácil encontrar trabajo en esta profesión, pero ahora mismo, con la que está cayendo, mucho menos. Es por esto, entiendo, que uno ha de poner el alma en ello, estudiar lo que realmente le guste y hacerlo de la mejor manera que uno sepa porque, aunque al fina sólo son prácticas, también estos períodos son la mejor carta de presentación que un aumno pueda dejar en un centro para cuando acabe la carrera y se ponga a buscar trabajo. La sensación de que eres bueno y que serás bueno si te dan la oportunidad de trabajar es un  punto muy importante a favor.





Espero que en las casi dos semanas que le quedan de prácticas cambie la cosa bastante porque, de lo contrario, tendré que volver a pasarme consulta y recetarme alguna pastilla de paciencia. 

 P.D: Con todo lo que ha habido esta semana sobre lo que escribir: nueva ley de educación, nuevas elecciones en Asturias, Preciado... habrá material para más posts e, incluso para diversificar el contenido del blog

martes, 24 de enero de 2012

Haciendo las cuentas de la enseñanza concertada

Andaba yo estos días buscando un tema sobre el que escribir mi siguiente post en este blog, teniendo en cuenta que ya hace una semana del último, y resulta que es coger este mediodía La Nueva España y aparecer la inspiración y el fluir de las ideas a buen ritmo.

Casi todos los días que pillo ese y otros periódicos por banda busco entre las páginas de Sociedad alguna noticia relativa a la educación. Últimamente las menciones que venían en los artículos eran relativas a los presupuestos que presentó en la Junta General del Principado la Consejera de Educación, Ana Isabel Álvarez y que, como todo en esta Asturias nuestra en lo referente a la política autonómica, va para sainete de los buenos, pues no hay manera de que se pongan de acuerdo los que hemos escogido para que nos gobiernen porque básicamente, quienes se oponen lo hacen porque no son ellos los que los firman.

La cuestión es que hoy aparece una información que no por conocida de tiempo ni por verídica deja de ser llamativa, creo que para todos. Dice la noticia, detrás de un titular al que calificaré de semi-impactante ("La concertada le sale barata al Principado"), que el gasto en Asturias anual en cada alumno escolarizado en los centros de la red concertada asciende a 3.083 euros, mientras que en el caso de los alumnos de la red pública el gasto se eleva a casi 8.000 euros. Es decir, casi el triple.

Ese dinero que, recordemos, es por alumno y año, se reparte en diferentes partidas, aunque la principal es el pago de salarios de los docentes. Unos docentes que tienen un salario base 1.250 euros anuales menor que el de sus homónimos de la pública con una jornada laboral con 25 horas lectivas semanales frente a las 21 de los profesores de colegios públicos en Primaria y 18 los de Secundaria. A eso le tendríamos que sumar los ratios profesor-alumno, las horas de apoyo concedidas a cada centro, los complementos, trienios, sexenios... hasta el punto de que con cierta antigüedad la diferencia entre unos y otros rondará los 5.000 euros anuales.

A la vista de estos datos y teniendo en cuenta que los colegios públicos aglutinan al mayor porcentaje de alumnado de la región, es evidente que el desequilibrio del total de las cantidades invertidas en una y otra redes es bestial.

Y ahora me pregunto yo... ¿Y los resultados de esas inversiones son equivalentes a cada desembolso? La respuesta la conocemos todos más que de sobra: No, no lo son. No son equivalentes. Lo que son es inversamente proporcionales. Desde hace mucho años. Y con pintas de seguir así. 

Me pregunto si la Consejera de Educación del Principado y todo su equipo, la corte de inspectores y altos cargos, los nuevos y los que han sabido sobrevivir al cambio de Gobierno y a los escándalos, se acordarán de que en su programa electoral apuntaban como aportación a la educación asturiana la instauración de la financiación a los centros según sus resultados y si serán capaces de hacer algo al respecto en los presupuestos ya del año que viene, que en los de este bastante tiesos andan ya con la oposición.

¿Y cómo medimos esos resultados para que la inversión económica se equilibre? Muy fácil. Hagan ustedes evaluación de la práctica docente, revisen convenientemente los casos de bajas "no demasiado claras o convincentes" en colegios públicos y concertados, estudien los resultados de PAU, de evaluaciones de diagnóstico... O directamente creen en sus consejos de sabios (que alguno habrá) una manera de establecer baremos por resultados. Hagan categorías y fomenten la competitividad entre los centros, que será muy sana, y dejémonos de una vez por todas del trato supuestamente "igualitario" a todos los colegios cuando a unos les damos el triple de medios que a los otros.

Y déjense de tolerar amenazas de paros, huelgas, movilizaciones y protestas de los sindicatos de la escuela pública con sus peticiones de eliminación de conciertos por el mero hecho de que resulta que sus colegios no se llenan y en la práctica totalidad de centros concertados cada año hay un número de excedentes elevadísimo. Ese es otro de los indicadores de la calidad del tabajo de los profesionales, docentes y personal de servicios, de unos y otros colegios. Seguramente el más fiable, ya que expresa cuantitativamente la opinión de los clientes, esas miles de familias asturianas que, curso tras curso, apuestan por los centros de la red concertada antes que por la pública. Por algo será.  

Lo curioso es que nunca hemos pedido que nos igualen el sueldo al de un funcionario. Siempre hemos entendido que el valor de unas oposiciones (único argumento de defensa de esos sindicalistas liberados que me puedo creer). Pero sí que lo equiparen. O, al menos, la jornada, que me sé yo de unos cuanto que haríamos maravillas con tres o cuatro horas libres a la semana en horario lectivo para poder corregir, preparar clases y no tener que llevar tanto para casa. Bueno, ya puestos, que equiparen las dos cosas, sueldos y horarios.

Pero nos vendrán con la crisis o con otros argumentos más o menos creíbles, como siempre han hecho, y todo seguirá igual. Y nos daremos con un canto en los dientes. Y lo haremos mientras los de la pública sigan saliendo a la calle a pedir más inversión, más medios, una escuela laica, y que no les hagan trabajar las horas que cobran, por supuesto.

Es que no hay derecho.

martes, 17 de enero de 2012

PROGRAMAS ¿EDUCATIVOS?

Hace algo más de tres años no tenía ni idea de quién era Caillou, los Little Einsteins o Pocoyo (que por ser español debería llevar tilde ¿no?). Pasado este tiempo tengo, como creo que la casi totalidad de los padres con hijos de la edad de los míos, un dominio absoluto en Dora la exploradora, Peppa Pig, Rosie y tantos otros, así como una sobredosis continuada de Cantajuegos, en casa y en el coche, por supuesto.





Nosotros, con esa edad, veíamos Barrio Sésamo y gracias. Con Espinete, Chema y compañía junto a Epi, Blas, Triki y demás marionetas. Pero hoy en día hay oferta múltiple y variada, tanto de seires como de canales. Y todos ellos se anuncian como programas educativos. Y hasta con capacidad para desarrollar la inteligencia de nuesros hijos hasta cotas de genios. Muy guapo todo si fuera verdad.





El caso es que estaba yo el fin de semana viendo (una vez más, y van...) un DVD de Pocoyo en el que hay un vídeo de una canción llamada "¡Ven a la carrera!" en el que los autores de esta exitosa serie del niño azul dan una gran lección que todos nuestros hijos deberían aprender: Al final no hay ganadores ni perdedores; al final ganan todos. Vamos, "realidad" pura y dura. Ja.

A eso estamos acostumbrando a los niños. A que vean que nunca se pierde, que sólo van a ganar. Y a ganar todos. Y a ganar siempre.






¿Es eso lo que se van a encontrar en la vida, sin ir más lejos en el colegio? ¿Todos sacarán sobresalientes en todas las asignaturas? ¿Nunca conocerán el suspenso? ¿No tendrán decepciones? ¿Todos serán los primeros de la clase? ¿Por qué existe la expresión "el primero de la clase" si todos son iguales?

Claro, es que resulta que no todos son iguales, que nuestros hijos serán mejores que unos y peores que otros (hablando de resultados, por supuesto). No sería, entonces, más lógico, que desde pequeños conociesen que no siempre se gana, que hay veces que las cosas salen mejor y otras peor, que la única manera de vencer es mediante el esfuerzo, aunque los resultados no acompañen desde el principio. y enseñarles a sobreponerse a las decepciones y los malos resultados.





Todo esto lo escribo porque justo cuando mi hija de tres años está iniciando la fase de querer ganar siempre y nosotros nos estamos esforzando en hacerle ver aquello de unas veces se gana y otras se pierde, viene Pocoyo con sus secuaces y le dicen que no, que siempre va a ganar, y si no gana, lo amañamos para que gane. Pues no es así. Que lo sepas.

martes, 10 de enero de 2012

De salidas culturales y un crack de estos talleres

Hay muchas maneras de marcar la diferencia en el trabajo. Uno puede destacar entre sus colegas por tener amplios conocimientos específicos de su labor, por realizarla con una eficiencia muy por encima de los demás o, como pasa en muchos casos, por el interés y la dedicación que pone en el desempeño de su tarea. Y aquellos que reúnen todas esas características son los que los humildes currantes consideramos como genios en su campo o ejemplos a seguir si es que se dedican a lo mismo que nosotros.





En lo que respecta a la enseñanza o, mejor dicho, en todo lo que tiene que ver con la educación y formación de los más jóvenes, los elogios y reconocimientos muchas veces se quedan en el más absoluto anonimato y secretismo de conversaciones entre pocas personas o en el aprecio mostrado por los "clientes" hacia el profesor. Pero nunca, salvo honrosas excepciones, se lleva uno un reconocimiento público o una compensación económica, ya que uno es asalariado de la Administración, que paga por titulación y ocupación, que no por méritos en el trabajo. Aunque el Gobierno regional actual y, parece que también el nacional, pretendan hacer algún cambio al respecto (según prometían en sus programas electorales).

Yo hoy quiero hacer un reconocimiento público (en la medida que este cuaderno pueda considerarse eso, público) de un fenómeno de su profesión, muy cercana a la nuestra de docentes. Es uno de esos monitores que nos encontramos cuando hacemos una salida cultural de las varias que programamos con nuestros alumnos cada curso.






En esas actividades valoramos que la propuesta sea atractiva para los niños, que sea entretenida, participativa, dinámica y que tenga buenos contenidos que completen lo que en el aula están aprendiendo. Esto último es casi lo de menos, ya que muchas veces lo que se busca es conceder a los alumnos y, por qué no decirlo, a nosotros mismos, un día fuera del aula más relajado de lo habitual.

Lo malo es que muchas veces nos encontramos con talleres que, en realidad, no son más que charlas monótonas y aburridas de gente que suelta un rollo sobre el tema en cuestión y que en los primeros diez minutos ya ha perdido la atención de los alumnos, decepcionados por la pasividad y falta de cercanía del monitor capaz de convertir el mejor de los talleres en una propuesta aburrida y gris.




El caso contrario a todo esto, es decir, ese monitor que es capaz de mantener la atención de los alumnos durante dos horas, de llegarles, de ilusionarlos, activarlos y que mantengan al irse la sonrisa con la que llegaron es LUIS ALBERTO FERNÁNDEZ, un auténtico crack que deleita a quienes nos acercamos a alguna de las actividades que se desarrollan en el Museo del Pueblo de Asturias. Puede que algunos de los que leáis esto sepáis de quién hablo; es ese chico jovial, cercano, ilusionado e ilusionante que hace que niños de cualquier edad adoren participar en sus talleres en los que, con actividades entretenidas, lúdicas, participativas y competitivas aprenden cosas sobre la cultura asturiana, nuestros antepasados y sus costumbres, sus vidas, sus formas de vestir o de trabajar.





Hoy escribo sobre él porque esta mañana estuve con mis alumnos en uno de sus talleres y, una vez más, triunfó. Y hablando con él me he dado cuenta que vive lo que hace, que disfruta cada taller que desarrolla y que si hubiera justicia en este mundillo, merecería un gran reconocimiento público o, al menos, más fondos para poder llevar a cabo sus talleres, mucho más amenos que la mayoría y, seguramente, de los más solicitados por los profesores cada curso. 

Por todo ello, Luis, te mereces que te digan, una y cien veces: CRACK  

jueves, 5 de enero de 2012

Somos peores los padres que los hijos

El martes día 3 estuve en Mercaplana. Hacía muchos años que no me pasaba por allí. Y, en realidad no iba a ir, pero mientras esperábamos Diego y yo por Elena y su madre, no se me ocurrió mejor (peor) idea que pasearlo por delante del recinto ferial. Tenía la posibilidad de dar vueltas al Molinón y comenzar el lavado de su tierno cerebro con frases del tipo "Mira hijo, aquí te voy a traer yo a ver al Sporting, y al Madrid, y al...", pero claro, tal y como están las cosas igual el Madrid tarda otra década en pasarse por aquí.

Pero no, yo tuve que dar el paseo por delante de la feria para que él, pobrecito, comenzase a ver luces, niños, globos... Así que apuntó con ese índice que todo lo señala al estilo estatua de Colón y me vino a decir aslgo así como "Papá, vamos ahí dentro ahora mismo o te monto un escándalo del doce". Y hala, pa'dentro. Yo que soy muy, pero que muy anti-barullos voy, y me meto de pleno en Mercaplana. ¿Qué más se puede pedir para empezar el año?





El caso es que me da por fijarme nada más entrar en un cartel que, sin exagerar, mediría unos dos metros y medio de alto y otro tanto de ancho. Como para no verlo, vamos. El "cartelito" decía "PROHIBIDO FUMAR EN TODO EL RECIENTO FERIAL". Cualquiera con dos dedos de frente y que haya visto un par de telediarios sabe que al estar en una zona lúdica infantil, todo el recinto considerado como tal es terreno vedado para los fumadores. Pues bien, apoyados en las barras que soportaban el cartel, dos personas fumando y hablando de lo bien que lo habían pasado en Nochevieja.

Vamos, que si no sólo me salto la norma, sino que me la salto delante del cartel que la anuncia. Con un par. No me puse a hacer la foto porque era poco discreto y uno de los dos fumadores tenía pinta de ser perfectamente capaz de tomarla con el humilde paparazzi.





Poco después de entrar conseguí ponerme en contacto con Aida y saber dónde estaban. Para ese momento ya había comprobado que más de medio Gijón y parte del extranjero estaba metido allí. ¡Qué cantidad más indecente de gente!

De camino al pabellón en el que se encontraban mi mujer y mi hija con unas amigas compruebo que las campañas que constantemente nos bombardean en los colegios de promoción de comidas saludables en Mercaplana se la pasan por el forro. Puestos de perritos, patatas fritas, palomitas, patatitas... y ni un pincho o bocadillo de algo saludable; nada de pan normal, todo industrial. Bien por la organización de Mercaplana. Ayudando a que España se consolide como el primer país mundial en número de niños obesos.




Y cuando no cabía ya en mi de "gozo" al ver semejantes atrocidades, el remate final. O, mejor dicho, los dos remates finales. 

Queremos, los padres, que nuestros hijos sean educados, que respeten a los demás, que sepan compartir, esperar su turno... y somos nosotros los primeros en darles el ejemplo contrario. 

ESCENA 1: Actividad o juego en el que un niño debe lanzar una especie de penalty sobre una miniportería en la que otro niño hace de portero. Una cola para tirar en la que hay no menos de veinte niños esperando ansiosos su turno. En esto llega una señora con su nieto a la parte delantera de la cola; ve el percal y le dice: "Hala, pasa tú ahora, delante de todos estos, que no podemos esperar tanta cola para que tires". Estupendo. Y se queda tan ancha. 

ESCENA 2: En el mismo pabellón que la anterior, una actividad en la que se simulaba un huerto y los niños aprendían (?) a plantar y recolectar. Dado que las monitoras estaban de palique, la tierra volaba, las plantas eran arrancadas... Lo típico, vamos. Hasta ahí todo según el guión previsto. La cola de esta actividad en ese momento ocupaba la extensión de tres de los cuatro lados del cercado del huerto en el que se desarrollaba. Llega el típico listo, coge a su hija en brazos y la pasa dentro sin hacer cola de ningún tipo. Luego le hace una foto con el iPad y le dice que la espera tomando algo en la terraza.

Muy triste. Lamentable. Vergonzoso. Indignante.





Yo sólo pensaba que luego estos padres, abuelos, tíos... son los típicos que te llegan alguna vez al colegio y te echan en cara cosas relativas a tu trabajo. Sobre todo me los imagino yendo a protestar porque le has llamado la atención a su hijito, lo has echado de clase o castigado de alguna manera.

Y la cuestión es que yo entiendo a esos padres, porque, si ellos no tienen ni idea de lo que es educación, ¿cómo van a querer o valorar que alguien se la quiera inculcar a sus hijos?